Aquí París (Europa): Nuevas tendencias del vídeo en Francia
Un lugar, una función, un espacio y un tiempo que los artistas no tienen que defender contra el cine o las artes plásticas para invertir en cada lugar sus propios guiones. Entregadas a la alteridad, llevando consigo al otro como un actor del yo, estas obras atraviesan con serenidad esos combates anteriores, las batallas ganadas y perdidas en los campos de la creación y de la difusión.
Las obras que integran este programa son singulares, puesto que cada artista se ha impuesto con toda naturalidad como personalidad única, planteando en cada caso las marcas de un lenguaje específico, los términos de un proyecto, tal vez, precisamente, el de mostrar los signos de una experiencia individual del mundo, más que las leyes de una existencia común. Las distintas escrituras y ambiciones de esta generación de artistas que, contra toda expectativa, son totalmente ajenas a cualquier movimiento, escuela o academia, han coincidido con el proyecto inicial de hacer surgir nuevas perspectivas, nuevas formas de trabajar en vídeo.
Al mismo tiempo, se trata de propuestas plurales, porque estas obras integran al otro, de manera casi orgánica y a distintos niveles, como si se tratara de una superficie sensible, un lugar vivo y arriesgado. Obras que, aplicando su propia gramática, proponen intercambios con otros artistas, vaivenes, lazos de unión, movimientos constantes en el centro y la periferia. Pluralidad, también, de estilos, de registros, de materiales y de posibilidades que hace patente lo que ya se perfilaba desde la década de los ochenta: el vídeo se ha convertido en el espacio privilegiado para la exposición de historias del mundo y de historias del arte.
Los 17 artistas que participan en el ciclo, procedentes de escuelas de artes plásticas, universidades y nuevos espacios alternativos, parecen no tener nada que justificar, nada que imponer ni que demostrar de manera científica sobre una determinada idea de lo real. Libres de elegir e intervenir en terrenos ya conocidos, no hacen de la imagen de archivo un agente metafórico, sino que emprenden el camino de la búsqueda, de la investigación y del conocimiento.