Cine y casi cine 2000. De repente…verano
Se ofrece así un panorama ecléctico que oscila entre la excentricidad iconográfica de Cremaster 4 (1994) y Cremaster 2 (1999), del artista estadounidense Matthew Barney y el lirismo de D’Est (1993), propuesta en la que Chantal Akerman embarca al espectador en un viaje a través de la Europa Oriental, mostrando un Moscú congelado en la historia a la espera de futuros cambios. A estas obras se unen las exploraciones que realiza Sadie Benning en Living Inside (1989-1992), una compilación de cortometrajes generados bajo su propio impulso autobiográfico, y Flat is Beautiful (1999), vídeo en el que se desplaza el interés hacia una tercera persona, mostrando el proceso de transición de la niñez a la adolescencia a través de una chica andrógina de doce años y las preguntas acerca del género e identidad sexual que esta se hace.
A estas películas se une la exhibición del trabajo cinematográfico de Lockhart Teatro Amazonas (1999), en el que los habitantes de la localidad de Manaus, ubicada en la selva amazónica brasileña, pasan de ser simples espectadores de una ópera a convertirse en los protagonistas del film, puesto que sus reacciones al escuchar la música son recogidas por una cámara fija. El ciclo se completa con el proceso de intervención fílmica sobre el espacio y el tiempo urbano de la ciudad de Hull (Inglaterra) que es capturado en Daydream Mechanics (1999-2000) por Virginia Villaplana, y el diálogo fronterizo entre arte y guerra de Border (1997) de Michal Rovner, grabado en la frontera entre Israel y el Líbano, en la que partiendo de imágenes reales, estas son manipuladas para mostrar una realidad ficticia.