Guy Debord

Canciones de la guerra social contemporánea

Sábado 14 de noviembre, 2020 - 19:00 h
Lugar
Edificio Sabatini, Jardín
Organizan:

Museo Reina Sofía y Círculo de Bellas Artes

Línea-fuerza:

Vanguardias

Programa:

Guy Debord y René Viénet, del letrismo al situacionismo. El cine ha muerto: si les parece, pasemos al debate

Colabora:

Departamento de Educación del Museo Reina Sofía

Patrocina:

Comunidad de Madrid

Ficha artística:

Duración: 60’
Textos: Guy Debord
Concepto y dirección artística: Pedro G. Romero
Documentación y producción: María García e Isaías Griñolo.
Realización de los vídeos: Andrés Duque, Isaías Griñolo, María Salgado y  Fran MM Cabeza de Vaca
Artistas participantes en los vídeos: María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca, Niño de Elche con Los Planetas, Julio Jara, Tomás de Perrate, Proyecto Lorca, María Marín y Javiera de la Fuente con José Ismael Sierra.
Interpretaciones vocales en directo: El CoroFón, Coro de Mujeres Malvaloca y Coro Intercultural Voces de Ida y Vuelta
Dirección de coros: Alejandra Barella, Carina Brezzi y Guillermo González (El CoroFón); Guayarmina Calvo (Coro de Mujeres Malvaloca y Coro Intercultural Voces de Ida y Vuelta), y Cristina Mora Barranco (Coro Intercultural Voces de Ida y Vuelta).

Arreglos musicales: Sonia Megías

Canciones de la guerra social contemporánea es el título de un panfleto elaborado por Guy Debord, firmado anónimamente con el seudónimo “Unos iconoclastas” y fechado en mayo de 1981. El proyecto, que comenzó a gestarse antes de 1968, consistía en editar un cancionero popular ibérico, a la manera del realizado por Federico García Lorca con La Argentinita en 1931, que diera cuenta de las transformaciones políticas contemporáneas en España. El cancionero se interpreta en este concierto a cargo de tres coros en directo y de un conjunto de artistas contemporáneos en vídeo.

Las doce canciones que se editaron en ese panfleto están dedicadas a las luchas del movimiento autónomo, una corriente política de las décadas de 1970 y 1980 escindida del comunismo y heredera de los postulados de Mayo del 68, durante la Transición española. El propósito de las canciones era una grabación que debía haber realizado Mara, también conocida como Mara Jerez y sus muchachos flamencos, quien había sido la primera solista en acompañar a Paco Ibáñez. La intérprete rechazó el proyecto, al igual que los distintos grupos de la Autonomía Obrera, quienes tampoco lo encontraron pertinente. La grabación y circulación del cancionero buscaba recaudar fondos para una caja común que ayudara a los presos del movimiento autónomo en España, que se encontraban en la cárcel de Segovia por participar en acciones emprendidas por distintos grupos antifranquistas, como el Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate (MIL-GAC), el Ejército Revolucionario de Ayuda a los Trabajadores (ERAT) y los Comandos Autónomos Anticapitalistas, entre otros.

En una carta a Guillermo González García, a quién aquí dedica una versión de Ya se van los pastores para Extremadura, Guy Debord aborda el problema que se plantea entre la difusión de la causa y sus ideas, y la posibilidad de que, simplemente, se trate de otro “espectáculo artístico izquierdista”. Es un debate que sigue abierto. De hecho, Miguel Amorós o Jaime Semprún, interlocutores del teórico francés en este panfleto, han manifestado en diversas ocasiones su escepticismo al ver cómo el fetichismo de la mercancía situacionista llevaba al espacio del arte o a las vitrinas de los museos sus distintas producciones de agitación (panfletos, publicaciones, películas). Precisamente, es ese carácter político el que provoca su circulación en los espacios culturales que, lejos de ser una esfera separada, también son políticos. Son lugares capaces de transformarse en conductores de la disidencia, capaces de mutar en “espacios temporalmente autónomos” en los que operen gestos de politización evidente.

No obstante, el proyecto de Debord tenía recorrido propio: primero, la gestión del café La Méthode junto con Michèle Bernstein en 1958, donde ya se ensayaron estas formas del détournement (técnica situacionista traducible como desvío o tergiversación) de carácter popular que realizó, por ejemplo, Federico García Lorca; continuaron las distintas facciones durante la guerra civil española, y después, cuando el propio Debord conoció el Carnaval de Cádiz durante sus estancias en España. Segundo, con la publicación del álbum musical Pour en finir avec le travail. Chansons du prolétariat révolutionnaire – Vol. 1 [Para acabar con el trabajo. Canciones del proletariado revolucionario, 1974], disco en el que, junto con Guy Debord, colaboraron Alice Becker-Ho, Raoul Vaneigem o Jacques Le Glou. Y finalmente, con el corpus de canciones inéditas que, en muchos casos, acompañaban su redacción con el proyecto de filme De l’Espagne, que Debord nunca llegó a acometer.

Esta edición suma a Canciones de la guerra social contemporánea las interpretaciones de tres coros de compromiso feminista, antirracista y anticapitalista, así como las versiones en vídeo de diversos artistas. El concierto, colofón del ciclo Guy Debord y René Viénet, del letrismo al situacionismo. El cine ha muerto: si les parece, pasemos al debate, busca recuperar la memoria de este proyecto desconocido y revitalizar el trabajo de los antiguos situacionistas y de los distintos grupos de la Autonomía Obrera, verdaderos olvidados en “la realidad española del periodo neo-democrático”, según suscribiera el propio Debord.


Con el patrocinio de: Comunidad de Madrid