Una órbita excéntrica: Videoarte en Australia

29 noviembre, 1995 - 16 diciembre, 1995
Lugar
Edificio Sabatini, Auditorio
Comisariado
Peter Callas
Peter Callas. Night's High Noon, 1988
Peter Callas. Night's High Noon, 1988

Y para artistas como John McCormack (Melbourne, 1964), el ordenador se ha convertido en una vía de escape a las limitaciones del mundo físico. Una órbita excéntrica: Videoarte en Australia propone una mirada selectiva sobre un campo variado y abundante: el de las obras de arte electrónico contemporáneo producidas en Australia entre 1980 y 1995. El programa se divide en tres secciones temáticas: El programa titulado El cuerpo eléctrico contiene obras que responden a la caída en una trampa física y psicológica proponiendo una liberación a través de los sueños, la tecnología y la imaginación. Un segundo bloque, que tiene por título Cualquier parecido con la realidad es puramente deliberado incide sobre la magia de la construcción y la deconstrucción en o por medio de la cultura informática, mientras que las obras incluidas en la sección El paraíso reducido proponen una reflexión sobre el lugar y la falta de ubicación. Los temas abordados en cada programa representan lo que podrían considerarse como tres preocupaciones de la cultura australiana contemporánea, condensadas en el trabajo de artistas y realizadores de vídeo. Obviamente, cada uno de estos temas hace referencia a la gestalt de la cultura sumida en los dualismos posindustriales propia de la civilización occidental: la construcción activa de polaridades “percibidas” entre naturaleza y cultura, naturaleza y tecnología y seres humanos y tecnología. No obstante, sin recurrir abiertamente a la iconografía “australiana”, la mayoría de los artistas de estos tres programas presentan un acercamiento curiosamente idiosincrásico a la cultura electrónica. De este modo se articula una reflexión sobre el vídeo y los dispositivos de almacenamiento de los ordenadores, que son hasta la fecha los medios más fácilmente “transportables” que los artistas tienen a su disposición, también de gran ayuda para los ciudadanos de un país cuya ubicación todavía supone un vuelo de casi un día completo desde Europa, y más todavía, desde la Costa Este de Estados Unidos.