¿Qué hace al pop tan diferente, tan atractivo?
Arte y cultura popular en un mundo en transformación
¿Qué hace al pop tan diferente, tan atractivo? convoca a cuatro voces muy diversas en una serie de conferencias en diálogo con la exposición dedicada al artista británico Richard Hamilton (1922-2011). Apropiándose de la cuestión que el propio Hamilton planteaba en su famoso collage de 1956, el seminario debate el entrecruzamiento entre prácticas artísticas y cultura popular que diera lugar a esa multiplicidad de fenómenos identificados como arte pop. En términos más generales, también extiende la cuestión al legado de aquella cultura popular que, desde la música, los medios y los estilos de vida, catalizara los deseos y las energías vitales de la sociedad durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX.
Debido a su irreversible ambivalencia, el pop, por una parte, disolvería definitivamente las pretensiones de la vanguardia de posguerra, avanzando los términos y contradicciones del sistema del arte contemporáneo actual. Por otra, señalaría una nueva organización del campo de la cultura, que ya no estaría estructurado verticalmente en “alto” y “bajo”, sino en estratos complejos e interconectados, donde sería imposible identificar a priori los espacios y los agentes generadores de crítica, de originalidad y de valor estético; un sistema en el que los códigos son inventados, diseminados, apropiados y desechados sin solución de continuidad. Por último, dejarían en evidencia la potencia insoslayable de una cultura producida y consumida colectiva y masivamente, de la que se alimentaría el artista de la misma manera que el resto de los componentes de la masa social.
Richard Hamilton es posiblemente el miembro de la generación pop que, de un modo más consciente, asume las contradicciones derivadas de trabajar desde los lenguajes y el imaginario de los medios y la cultura de consumo, revelando la posibilidad de articular nuevas posiciones críticas a partir de los mismos sin claudicar de la posición del artista. Esta serie de conferencias aborda este complejo panorama desde las perspectivas complementarias y entrelazadas de la historia del arte y de la crítica cultural, convocando a cuatro voces diferentes tanto generacionalmente como de procedencia intelectual, intentando acotar las cuestiones más relevantes del debate actual.
Participantes
Diedrich Diederichsen es escritor, periodista musical y crítico cultural. Es profesor de teoría, práctica y comunicación de arte contemporáneo en la Academia de Bellas Artes de Viena. Ha sido editor de influyentes revistas musicales como Sounds en Hamburgo y Spex en Colonia. Es autor de Personas en loop (Adriana Hidalgo, 2005), Psicodelia y ready-made (Adriana Hidalgo, 2011) y, recientemente, Über-Pop Musik (Kiepenheuer & Witsch, 2014), entre otros estudios.
Eloy Fernández Porta es Doctor en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra, donde enseña Arte Contemporáneo en el Programa de Estudios Hispánicos. Ha publicado los libros de crítica cultural Afterpop. La literatura de la implosión mediática (Berenice, 2007), Eros. La superproducción de los afectos (Premio Anagrama, 2010) y Emociónese así. Anatomía de la alegría (con publicidad encubierta) (2012).
Kerstin Stakemeier es historiadora del arte. Es profesora desde 2012 en el cx centrum de estudios interdisciplinares de la Academia de Bellas Artes de Múnich. Contribuidora habitual de revistas como Afterall, Texte zur Kunst o Artforum, es especialista en el Independent Group y Richard Hamilton. Entre sus publicaciones recientes pueden citarse Painting – The Implicit Horizon (editado con Avigail Moss, Jan van Eyck Academie, 2012), A – Autonomy (co-escrito con Marina Vishmidt, 2014) y Entkunstung – Artistic Models for the End of Art (b_books polypen, 2014).
Programa
La separación entre arte moderno y contemporáneo se ha acentuado con la deriva del segundo en una industria cultural plena en los últimos diez años. Esta diferencia no es solo de condiciones de producción o distribución del objeto cultural, es también de géneros artísticos y su fundamental expansión a través de medios de comunicación no artísticos. Desde finales de los años 40, Richard Hamilton desplazó las fronteras de estos géneros artísticos una y otra vez, manejando numerosos medios – desde el diseño de exposiciones hasta anuncios de televisión -, si bien nunca abandonó estos géneros a favor de un arte diluido en tales medios. Como muchos de sus colegas del pop, Hamilton se mantuvo como un artista marcadamente moderno. Aún así, desde sus primeros años en el Independent Group, fue capaz de producir un arte decididamente contemporáneo. Un arte que, a diferencia de otros artistas identificados con el pop, llevó a cabo una reconstrucción fundamental de los géneros modernos emergiendo desde la industria cultural de posguerra.
Edificio Sabatini, Auditorio
Tomando como punto de partida la serie The Critic Laughs, una de las obras más incisivas de la exposición, esta intervención aborda el trabajo de Hamilton desde el trasfondo de la confrontación entre un arte pop “masculino” y el feminismo de segunda ola que estalla a finales de los años sesenta. En ese marco discursivo, el imaginario doméstico y las ficciones publicistas que recorren la carrera del artista británico adquieren una nueva dimensión, revelando una poética del humor en la que el binarismo de género aparece como segmentación de mercado originaria y como fuente inagotable de efectos cómicos.
Edificio Nouvel, Auditorio 200
En torno a la década de 1960 puede observarse lo que en teoría de sistemas se denomina una reentrada en las dos caras de la división entre arte popular y arte elevado. La diferencia entre lo alto y lo bajo reingresa en ambos campos y da lugar a nuevas coordenadas en las que lo más bajo de lo bajo queda descalificado, al igual que lo más alto de lo alto. Este proceso no era visible porque ambas reentradas tomaron la forma de largos enfrentamientos mantenidos entre las fuerzas de la esfera cultural y los agentes críticos, a menudo luchando desde el mismo lado contra oponentes imaginarios. Ahora, cuando somos conscientes de este proceso, Diederichsen plantea: ¿deberíamos tomar partido por las posturas desacreditadas?.
Edificio Nouvel, Auditorio 200
