En el vacío, destellos

Mediación performativa a cargo de Sofía Montenegro

23 de septiembre, 2022 - 12:00 h
Entrada

Gratuita hasta completar aforo, previa inscripción mediante correo a mediacion@museoreinasofia.es, hasta el 20 de septiembre indicando nombre, apellidos, número de DNI y edad

Lugar
Edificio Sabatini, Jardín
Aforo
50 personas
Duración

De 12:00 a 18:00 h

Organiza
Museo Reina Sofía
Imagen tomada durante la mediación performativa Penélope de día: construir una imagen. Penélope de noche: deshacer una imagen, Museo Reina Sofía, 2021. Fotografía: Bego Solís
Imagen tomada durante la mediación performativa Penélope de día: construir una imagen. Penélope de noche: deshacer una imagen, Museo Reina Sofía, 2021. Fotografía: Bego Solís

En el vacío, destellos es un encuentro que traza una narrativa abierta y viva de relatos y simples acciones en torno al largo camino de creación de la exposición sobre el trabajo de la artista Alejandra Riera, < Jardín de las mixturas. Tentativas de hacer lugar, 1995 -… > (4 de mayo – 5 de septiembre, 2022), que fue poco a poco dando lugar a la convivencia de múltiples presencias humanas-y-no-humanas. La jornada está guiada por Sofía Montenegro y el Área de Educación del Museo en diálogo con algunos de los participantes que han colaborado en la muestra.

La palabra destellos, en el título de la actividad, busca personificar un brillo para vislumbrar lo invisible. Como sustantivo singular, ese destello tiene la forma de una brecha, una grieta que desvela algo oculto. Se invita así a tantear brechas, trazar senderos que ayuden a hacer vivir y vibrar el lugar.

En 2013, Alejandra Riera se adentró en el Museo buscando sus fisuras. El hueco que practicó en uno de los muros del antiguo Hospital General de Madrid —actual sede del Museo, que encubría la trampilla de la antigua carbonera— como parte del proyecto poétique(s) de l’inachèvement [poética(s) de lo inacabado], permite, desde entonces, el paso de aire y luz del exterior hasta la Sala de Bóvedas del subsuelo del Edificio Sabatini. En el folleto de aquella muestra, Riera manifestaba: “Es imposible dar la espalda a lo invisible. […] Encontrar pues aquello que nos toca”. La artista abrió desde dentro hacia afuera (y desde afuera hacia adentro) los muros del Museo para poner el foco en detalles que surgen de temporalidades y dinámicas lentas, y revelar así lo que se mantiene oculto aun estando presente.

Este gesto de Alejandra —percibir en la oscuridad del presente una luz que busca alcanzarnos desde muy lejos y ayudarla a emerger— abrió una brecha temporal e histórica. El pasado oculto encontró el presente abriendo la posibilidad de un memorial inexistente sobre el pasado que encerró y apiñó ahí mismo, en la casi total oscuridad, humedad e ínfima ventilación, a tantas personas consideradas dementes durante tantos años, permitiendo a la vez una reflexión abierta sobre nuestro presente. Cinco años más tarde, en 2017, Riera inició los gestos y el largo hacer colectivo de observación atenta y vivificación de dos parterres del Jardín Sabatini, los dos más expuestos al sol y a la sombra, los dos en peor estado.

En esta jornada el Jardín de las mixturas se convierte en un punto de encuentro: pasar el día conviviendo con los árboles y las plantas —muchas de ellas medicinales que han sido reintroducidas y otras espontáneas—, abriéndonos a estas presencias, relatos y acciones diversas. El Jardín de las mixturas fue pensado desde sus inicios como un jardín en movimiento para que, poco a poco, los seres que lo habitan auto-encuentren sus propias formas y existencias de convivencia, y así recuperar su relación con el clima local, su importancia como pulmón verde en el barrio y su carácter público. Estos fragmentos de tierra vivificados colectivamente no son un decorado que se destruye al final de un evento o de una muestra. Los dos parterres del Jardín de las mixturas han hecho lugar para vivir más allá de la exposición.

En el vacío, destellos consiste en enfocar la percepción de lo sensible para cuestionar lo evidente y sus modos de hacer, contribuye a observar y profundizar sobre el entramado de vínculos y destellos que componen el trabajo de Alejandra Riera, así como a dialogar sobre el devenir del Jardín de las mixturas e invitar a las personas participantes que lo deseen a traer una semilla, piedra o historia que quieran aportar a este lugar.

En esta ocasión, Sofía Montenegro da a conocer una pequeña publicación —un "diario de reflejos" de las ventanas del jardín del Museo— que ha elaborado a modo de manual de horarios y puntos donde mirar cuando el sol se refleja en este espacio. Esta guía se inspira en un gesto imaginado en 2017, al principio de la transformación del Jardín de las mixturas, cuando se observaron suelos muy pobres, luces dirigidas hacia las plantas y árboles como si fueran objetos. En el parterre sombrío se advirtieron varios olivos moribundos que habían sido desterrados hasta ahí varios años antes para construir un sendero para un evento (solo para humanos y externo al Museo). Tras finalizar, los olivos fueron replantados en la sombra, sin consideración alguna. En ese contexto inicial, uno de los gestos propuestos por Riera fue sacar todas las luces y cables eléctricos de los parterres y redirigir algunos rayos de sol hacia los olivos. Este "diario de reflejos" incluye un plano del Jardín Sabatini con la ubicación de los parterres del Jardín de las mixturas y los horarios de encuentros y acciones colectivas en este espacio.

Sofía Montenegro (Madrid, 1988) es una artista que desarrolla su obra entre el sonido, la imagen, el texto y las prácticas escénicas. Estudió Bellas Artes y Estudios Culturales en Utrecht y Madrid, y un máster en Art Praxis en el Dutch Art Institute (Arnhem, Países Bajos). Ha sido residente en 2020 de Artistas en residencia, un programa conjunto del Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), La Casa Encendida y el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) en Madrid. Además, ha colaborado en proyectos artísticos en Hangar (Barcelona), hablarenarte (Madrid), Addaya Centre d’Art Contemporani (Mallorca), Lugar a Dudas (Colombia) o Tbilisi Triennial (Georgia). Ha expuesto su trabajo en La Escocesa (Barcelona), Bosque R.E.A.L. y Sala de Arte Joven (Madrid), Ekkisens Art Space (Islandia), Laboral Centro de Arte (Gijón), W139 (Ámsterdam), entre otras instituciones.

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