Desde hace más de una década, la artista Dorit Margreiter (Viena, 1967) reflexiona sobre la arquitectura moderna, su pervivencia y olvido, y las relaciones que se establecen entre el régimen visual y los vínculos económicos y sociales que ésta implica. Su actividad se vincula a la de una generación de artistas austríacos, como Florian Pümhosl, Martin Beck o Mathias Poledna, quienes, a partir de la condición específica del medio artístico, meditan sobre la historia reciente y sobre el peso social y político de la modernidad, diluyendo así su especificidad formal.
El inicio de la exposición gira en torno a Zentrum (2004-en proceso), un conjunto de obras que funcionan como bisagra para las cuatro instalaciones cinematográficas presentadas, así como para el resto de la exposición. Esta pieza, resultado de un encargo para el centro de arte contemporáneo de Leipzig, trata sobre el “Brühlzentrum”, un complejo residencial que, en consonancia con la lógica funcionalista, aglutinaba viviendas, un teatro, un restaurante y una guardería. Para la ocasión la artista se concentró en el logotipo de este complejo, que reprodujo en forma de letrero luminoso con su equipo, manteniendo la tradición del diseño típico de la zona y que acompañó con la producción de otros tres carteles. El conjunto se completa con una película de 16 mm que registra el primer encendido de este letrero recuperado y con un breve vídeo que documenta el ingenioso modo en que la artista y sus ayudantes llevaron a cabo esta acción. En un pequeño fragmento se lee la palabra analog, escrita con la misma tipografía que el cartel recuperado, lo cual supone una clara referencia al peso que la analogía tiene en esta exposición, tanto en su acepción de equivalencia como en la de su repetición relacional.
Un proceso semejante al de la analogía se percibe también en la producción del resto de la obra: la grabación en soporte digital de vídeo posteriormente transferida a película supone una ruptura en la lógica de la sucesión de medios. De la misma forma, la tipografía del cartel fue empleada también en la página web y en los comunicados de prensa para un proyecto en la Dia Art Foundation, generando una circulación inesperada para esta pieza. En una nueva lectura de la relación existente entre las nuevas y las viejas tecnologías, el movimiento de las letras de sus esculturas cinemáticas no remiten a los medios digitales sino que, compuestas por planchas de metal recortadas, evoca los orígenes de la tipografía con metal caliente. Texto e imagen simultáneamente –aunque la imagen no esté fija y el texto no sea legible–, estos móviles combinan las bellas artes con las tradiciones populares, el diseño de artefactos o de juguetes infantiles.
Los Ángeles, ciudad donde Margreiter ha residido episódicamente, es el escenario de varias obras relacionadas con iconos arquitectónicos como la Case Study House #22 de Pierre Koenig, la emblemática residencia Sheats-Goldstein, que ha sido escenario de una plétora de películas (Los ángeles de Charlie, 2003, o El gran Lebowski, 1998). Ya sea bajo la apariencia del cine de Hollywood o de los artículos de las revistas, la fotografía es el vehículo por el que estas viviendas han adquirido fama internacional. La instalación cinematográfica 10104 Angelo View Drive (2004), supone una reflexión sobre cómo en estas residencias arquetipo del movimiento moderno, la realidad y la ficción se encuentran íntimamente unidas. Por otro lado Estado original (2006) plantea cómo en poco más de una década muchas Case Study Houses han pasado del abandono absoluto a convertirse en la residencia favorita de la burguesía intelectual.
Viviendas precarias. Americus, Georgia (2008, en colaboración con Rebecca Baron) también supone una investigación sobre la circulación de imágenes de la arquitectura moderna, aunque en este caso el contexto social referido es diferente. Esta instalación fílmica de estilo documental muestra réplicas inspiradas en imágenes fotográficas de las precarias construcciones de una barriada chabolista sudafricana. Concebido como un "parque temático" arquitectónico de la Georgia rural y diseñado para atormentar al público neoliberal, el resultado no evita el deleite provocado por la estética de la pobreza.
Esta retórica descriptiva, revisando el género del documental en el análisis de su enunciación, es la empleada por la artista para desarrollar una mirada a la arquitectura entendida como vivienda, espacio, interior, imagen y exposición. Para Dorit Margreiter, la representación y el discurso sobre la arquitectura moderna están entrelazados íntimamente.
Datos de la exposición
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