Miralda

De gustibus non disputandum

24 junio - 17 octubre, 2010 /
Palacio de Velázquez, Parque del Retiro, Madrid y Edificio Sabatini, Planta 3

Las heterogéneas propuestas de la producción de Antoni Miralda (Tarrasa, 1942) recogidas en esta retrospectiva, reivindican formas de conocimiento y experiencias de otras culturas desde diferentes perspectivas. Su producción artística es perecedera por naturaleza y se desarrolla en espacios ajenos al circuito del arte. Hace más de cuatro décadas que este artista investiga en el arte efímero de la alimentación. Miralda utiliza un lenguaje vibrante y participativo, cargado de humor y basado en la celebración de los sentidos. En sus obras resta presencia a lo material, las dota de temporalidad y las lleva al terreno colectivo, acercándolas a la participación del espectador. Muchas de sus acciones existen documentadas únicamente en fotografías, vídeos y películas.

La muestra abarca los distintos periodos de una trayectoria que comienza en la España de los sesenta con obras de marcado carácter pacifista. En esta época sus soldados invaden toda su obra: fotografías, frottages-collages, carteles, muebles, las calles de París o el cine, como en París. La cumparsita (1972)

En el París de los sesenta es donde el artista utiliza de forma pionera la comida como referencia antropológica, cultural y política. En 1969, organiza la primera de estas instalaciones en el Centro Americano de París, a la que seguirán otras como Fest fur Leda (Fiesta para Leda), para la Documenta 6 de Kassel de 1977.

Miralda se instala en Nueva York en 1972, donde realiza varios proyectos que dialogan con la fusión de culturas y sus manifestaciones populares en grandes ceremoniales. El concepto de obra como proceso es una marca de identidad de este artista, como en Honeymoon Project (Proyecto Luna de Miel), 1986-1992 que simboliza el matrimonio entre la Estatua de la Libertad de Nueva York y el monumento a Cristóbal Colón del puerto de Barcelona, con el que explora los conceptos de conquista, libertad y los intercambios culturales entre Europa y América.

La comida es un sistema semiótico para Miralda como cuando realiza las banderas de las principales potencias con arroz de colores, que se pudre y se transforma, de modo que las banderas adquieren colores y significados nuevos. Desde 1996, con su FoodCulturaMuseum (Museo de Cultura de la Comida) crea una obra abierta a escala mundial con múltiples iniciativas, –como el gran pabellón para la exposición Universal de Hannover 2000-, mediante infinidad de dispositivos con los que violentar los arquetipos museográficos. Su objetivo radica en la participación y examen de las culturas culinarias de todo el mundo, así como en la exploración de aspectos sobre la identidad social, sus rituales y las formas de preservación y de memoria.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Danielle Tilkin
Artistas: