Susana Solano (Barcelona, 1946) es una de las protagonistas de la nueva escultura española que obtuvo reconocimiento internacional durante finales de los años ochenta y principios de los noventa, junto a nombres como Juan Muñoz, Cristina Iglesias y Jaume Plensa. La coherencia e interés de su trabajo fue apreciado desde su exposición en la Fundación Joan Miró de Barcelona de 1980, muestra que marca el comienzo de una trayectoria que le lleva a participar durante la década de los ochenta en eventos artísticos de la escena mundial como la documenta de Kassel o las bienales de São Paulo y Venecia. En 1988 es galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas y cuatro años después el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía expone su trabajo en el Palacio de Velázquez en la exposición Susana Solano.
Para esta exposición en el Monasterio de Santo Domingo de Silos, Solano exponen por primera vez un conjunto de nueve esculturas realizadas en hierro y mimbre. Estas piezas son fruto de un trabajo realizado en la isla portuguesa de Madeira en colaboración con artesanos autóctonos del mimbre. Bajo sus rotundas formas y armonía de líneas se encuentra como común denominador el concepto de recepción, siendo en su mayoría esculturas que poseen forma de recipiente o contenedor. A pesar de tener la potencialidad de ser contenedoras de otras formas, las obras se encuentran vacías, incidiendo en el espacio hueco que respira a través del mimbre. La estructura metálica sostiene el tejido trenzado y le aporta robustez a las formas elementales de raíz geométrica que la artista ha elegido para este trabajo.
En sus múltiples viajes por África y Asia, Solano ha entrado en contacto con procedimientos en desuso y con modos de facturar ya tan solo presentes en pequeñas regiones. Por ello, en estas obras también se da una reflexión ecológica sobre la progresiva extinción de la producción artesanal frente a su vertiente industrial. De igual manera, estos viajes son un material inagotable de inspiración para la artista que le han permitido acercarse a aquellas verdades esenciales comunes a todos los seres humanos sobre las que se construye su escultura. Así, las obras: Shama II (2001), Oro IV (2001), Oro VI (2001), Salgados I (2001-2002), Salgados II (2001-2002), Salgados III (2001-2002), Bura I (2002), Oromo III (2002) y Oromo IV (2002); dialogan en su espiritualidad con el espacio en el que se exponen. La apariencia industrial de algunas de las producciones de Solano deja paso en esta serie a formas más humanizadas, aun conservando la pureza de contornos y el acabado impecable que hace de Solano una de las más importantes representantes del Posminimalismo escultórico español.
Con esta exposición el Museo Reina Sofía continúa ampliando la lista de reconocidos artistas españoles llamados a exponer en la Abadía, conformada por nombres esenciales del arte español del siglo XX como: Antoni Tàpies, José María Sicilia, Joan Miró, José Manuel Broto, Esteban Vicente, Miquel Barceló y, ahora, Susana Solano.
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